En
una entrada anterior, colgué un manual muy interesante para la evaluación e
intervención del alumnado con Disfemia, elaborado por el Centro de profesores y
recursos de Oviedo y la Fundación Española de la Tartamudez. Así
pues, en dicho manual nos proporcionan los siguientes pasos para la evaluación
de la Disfemia:
1.
Recoger las muestras del habla en diferentes contextos y situaciones.
2.
Transcribir las muestras a estudiar.
3.
Extraer la información más relevante de las muestras, analizando la muestra con
mayor número de disfluencias (Guitar, 1998).
3.1
Hacemos recuento del número total de sílabas.
3.2
Identificamos y categorizamos las Disfluencias teniendo en cuenta la
Categorización de Ambrose y Yairi, 1999, por ejemplo clasificando por un lado
las Disfluencias tipo tartamudez (DTT) como las repeticiones de partes de
palabras (me-me-mesa) o las fonaciones disrítmicas como las palabras partidas
(me-sa). Por otro, teniendo en cuenta otras Disfluencias como las revisiones o
frases inacabadas, (salimos al re? vamos al patio).
3.3
Examinamos la naturaleza de las repeticiones y prolongaciones (media de
unidades repetidas, tiempo de repetición, bloqueos, prolongaciones...).
3.4
Presencia de concomitantes físicos (TICs, sonidos...)
4.
Establecimiento de índices (Rodríguez Morejón, 2003). En relación a los
índices, el que más nos va a interesar es el porcentaje de sílabas
tartamudeadas (Tipo Tartamudez y otras) sobre el total de sílabas que nos dará una frecuencia la cual nos servirá para la valoración de
los resultados y el diagnóstico presuntivo.
5.
Valoración de los resultados y el diagnóstico presuntivo. Cuando la Frecuencia
calculada anteriormente es menor a un 10%, nos encontramos ante una Disfluencia
normal, seguramente producida por presiones ambientales. Por otro lado, cuando
la frecuencia es mayor a un 10%, estamos ante una situación de tartamudez
límite debida sobre todo a déficits en el habla más que a las presiones
ambientales. Así pues, si detectamos en esta tartamudez límite también tensión
muscular, bloqueo, conductas de escape, cambio de entonación y sobre todo conciencia
del problema y frustración nos encontraremos ante un caso de tartamudez
establecida.
Por
último, también debemos realizar evaluaciones complementarias de:
-
Capacidades fono respiratorias.
-
Análisis de la motricidad y praxias bucofonatorias.
-
Análisis del lenguaje en todas sus dimensiones (fonológica, morfológica,
sintáctica y pragmática).
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