domingo, 1 de marzo de 2015

Programa Específico para la intervención logopédica de la percepción auditiva

En la entrada anterior publiqué un resumen de la revisión de los diferentes enfoques para la intervención logopédica en relación al artículo "La intervención logopédica en los trastornos de la adquisición del lenguaje" publicado por A.Ygual y J.F Cervera en la revista Neurol.

Así pues, a continuación trataré un resumen del apartado referente al "Programa Específico para la intervención logopédica de la percepción auditiva":

Cuando un logopeda quiere diseñar un programa específico para el entrenamiento auditivo dispone de tres herramientas para incidir en uno u otro aspecto del procesamiento auditivo: contextos, estímulos y tareas.

EL CONTEXTO

Los estímulos auditivos pueden presentarse aislados o contextualizados. El contexto puede aportar información de tipo semántico o información de tipo visual. Facilitar claves de tipo semántico favorece enormemente los procesos de percepción y comprensión. Los afásicos de Wernicke muestran mucha más dificultad para comprender una palabra aislada (p. ej., reloj) que para entender una orden relativamente compleja que aporta un contexto (p. ej., ¡Es muy tarde! Mire el reloj y dígame qué hora es). Cuando se realizan entrenamientos perceptivos para que los niños con deficiencia auditiva reconozcan palabras, la anticipación de la categoría semántica favorece enormemente su percepción (p. ej., dime cuando pronuncio un animal).
La información visual puede consistir en la visión natural de los órganos de articulación o en un sistema de claves visuales (naturales o artificiales) que duplican el canal de información (acústico y visual).

LOS ESTÍMULOS

La selección de los estímulos nos permite elegir el nivel de procesamiento auditivo.
Podemos elegir:
– Sonidos verbales o no verbales.
– Locutores con diferencias acústicas máximas (varón-mujer; niño-adulto, diferentes timbres de voz) o con diferencias mínimas (mismo locutor). Las diferencias acústicas máximas permitirán a la persona utilizar claves de tipo acústico además de las claves fonológicas.
– Añadir claves de tipo prosódico. Reforzar los elementos suprasegmentales (melodía y entonación) también ayuda de igual manera al procesamiento fonológico con claves sobreañadidas de tipo acústico.

LAS TAREAS

Podemos clasificar las tareas empleadas en los entrenamientos auditivos como tareas de discriminación, de reconocimiento y de copia.

Tareas de discriminación
Las tareas de discriminación suponen una comparación entre dos o más estímulos y un juicio sobre si son o no iguales. La orden que se suele dar es la siguiente: ‘Vas a escuchar dos sonidos, di si son iguales o diferentes’.
Esta tarea implica un procesamiento sensorial de los sonidos y un almacén en una memoria de trabajo para poder realizar el juicio perceptivo, además de una considerable dosis de atención. Este tipo de tareas son las que menos problemas perceptivos implican y se suelen aplicar con los niños más pequeños.
Un bueno ejemplo para comprenderlo son las tareas ABX en donde no se presentan dos estímulos, sino tres. La comparación se realiza entre el tercero y cada uno de los dos anteriores. Es decir, el juicio perceptivo es el siguiente: ¿el tercer estímulo es igual al primero o al segundo?

Tareas de reconocimiento
Las tareas de reconocimiento implican un procesamiento en la memoria a largo plazo. Se comparan el estímulo presentado por el examinador con las imágenes mentales almacenadas previamente en función de la experiencia auditiva y el trabajo cognitivo de asignación de categorías a cada sonido.
Éstas son las tareas más empleadas en los materiales que los logopedas suelen usar. Forman un grupo de pruebas muy amplio con notables diferencias entre ellas. Su característica común es que el niño debe comparar el sonido que oye con una imagen mental almacenada en su memoria que le permite asignar una identidad al sonido escuchado.
Veamos algunas posibilidades:
– Presentamos un sonido del medio ambiente (p. ej., un frenazo de coche). Le pedimos al niño que identifique el sonido: ‘¿Qué es ese ruido? ¿Qué ha pasado’. Ésta es la más difícil de las presentaciones. El niño debe identificar el sonido basándose en sus experiencias previas y en su almacén de recuerdos. Para identificar este sonido el niño no tienen ningún referente más que su propio almacén de memoria.
– Presentamos inicialmente dos sonidos y los asociamos a sendas imágenes.
Una modalidad muy utilizada de las tareas de reconocimiento es la del ‘reconocimiento de imágenes’. Se pronuncia entonces una palabra y se le pide al niño que identifique la imagen de referencia. La selección de las palabras condiciona enormemente la tarea. Si las palabras son muy diferentes entre sí se facilita el trabajo perceptivo. Si las palabras presentan mínimas diferencias, la percepción se realiza al único rasgo diferenciador.

Tareas de repetición
Las tareas de repetición tienen en común que el niño debe oír un determinado sonido o secuencia de ellos y a continuación se le pide que ejecute él mismo el sonido o secuencia. Implican, por tanto, una respuesta que reproduce el sonido.
En el caso de aplicar esta tarea a sonidos no verbales, se suelen presentar sonidos que pueden variar en timbre o en duración. Las secuencias sonoras basadas en el test de Mira Stamback son un claro ejemplo de ello.
El empleo de soportes informáticos puede ampliar las posibilidades de estas tareas y el interés de los niños por su realización. La excelente colección de programas informáticos recogidos con el título de Razonamientos y deducciones, de la casa Iona Software, constituye un ejemplo extraordinario de esta tarea.  Respecto a este tipo de tareas difícilmente se obtiene una mejor adaptación al niño, incluso si éste interacciona con un adulto, al tiempo que se mantiene la motivación y la tolerancia a la frustración.

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